La Centolla gallega es un delicioso crustáceo para disfrutar simplemente cocido. Su procedencia de las rías gallegas hace que sea un producto altamente valorado, con una calidad de su sabor y textura únicos.
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Producto vivo, fresco o cocido
La centolla gallega es un marisco delicioso y nutritivo que se ha convertido en un símbolo de la gastronomía gallega. Se trata de un crustáceo de gran tamaño, con un caparazón duro y espinoso y un cuerpo carnoso y blanco. La centolla gallega es rica en proteínas, vitaminas y minerales, y tiene un sabor delicado y exquisito.
La centolla gallega es un crustáceo decápodo de la familia de los cangrejos. Tiene un caparazón duro y espinoso, con un cuerpo carnoso y blanco. Las patas de la centolla son largas y fuertes, y las utiliza para excavar en el fondo del mar en busca de alimento.
La centolla gallega tiene un sabor delicado, exquisito y único gracias a las condiciones de vida en las rías gallegas. La carne de la centolla es blanca y firme, con un sabor suave y dulce. La centolla gallega se suele comer cocida.
La centolla gallega es un alimento rico en proteínas, vitaminas y minerales. La carne de la centolla es una buena fuente de proteínas de alto valor biológico, vitaminas B12, niacina, fósforo y zinc. La centolla gallega también es una buena fuente de omega-3, ácidos grasos esenciales que son beneficiosos para la salud del corazón y el cerebro.
Al elegir una centolla gallega fresca, es importante tener en cuenta los siguientes factores:
La centolla gallega se puede cocinar de diferentes maneras. La forma más común de cocinar una centolla gallega es cocerla. Para cocer una centolla gallega, se debe colocar en una olla grande con agua hirviendo y sal durante unos 15 minutos. Una vez cocida, la centolla se debe dejar enfriar antes de deshuesarla.
La centolla gallega se puede utilizar en una gran variedad de recetas. Algunas recetas populares con centolla gallega son:
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El precio de la centolla gallega varía en función de su tamaño, su frescura y la época en que se compre. consulta nuestros precios.
Para cocer la centolla se pone una cazuela con abundante sal y cuando rompa el hervor se sumerge la centolla. Desde su ebullición se cuentan entre 20 y 25 minutos, dependiendo del tamaño del animal. Se saca de la cazuela y se deja enfriar.
Para degustar la centolla una vez cocida, es necesario abrirla y eliminar las madear grises que no se pueden comer.
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Foto de presentación: Tamara Soto
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